viernes, 21 de marzo de 2014

We are the Champions

Se despertó en una especie de cama metálica, atado con cadenas, pero no veía lo que había debajo: un horno extraño.  Recordaba haber tenido una pelea y… vacío. Tiró de las cadenas intentando liberarse. Estaba aterrado.

- ¿Hola? – gritó - ¡Socorro!

Una risa cruel retumbó por toda la estancia. Tenía un matiz sádico demasiado escalofriante.

- Nadie te oirá – si hubiese sido otra situación hubiese resultado una voz sexy, pero en ese momento no había nada más aterrador.

Se podían oír los jadeos de miedo retumbando en las paredes y el ruido de tirar de cadenas. Muñecas, codos, pecho, frente, tobillos, rodillas, muslos y abdomen. Unas preciosas cadenas templadas por el calor corporal del hombre que no dejaba de sudar por los nervios y el miedo.

- ¡Por favor! – chilló - ¡Déjame ir!

El agresor se acercó y le susurró “the show must go on” al oído.

Desde su posición, el hombre indefenso se quedó confundido. ¿Por qué Queen?

- ¡Quiero que me griten como el público gritó a Mercury! ¡Él no merece más que yo! ¡Los dos creamos obras maestras!

Se oyó un interruptor y empezaron a sonar los clásicos, Bohemian Rhapsody la primera.  El volumen era demasiado alto y el hombre no pudo ver el siguiete movimiento que hizo su agresor: prender una cerilla y lanzarla dentro del horno. Aparentemente, por la velocidad a la que prendió, había algún tipo de combustible además de la madera.

- ¡Y voilà! – gritó el agresor bailando de un lado a otro al ritmo de Queen.

La víctima cada vez tiraba más e las cadenas con más desesperación. “Está loco” pensaba “¿Qué me va a hacer?” Y ahí notó como su cama empezaba a calentarse y ató cabos: el olor a gasolina, el metal conductor, cadenas en vez de cintas de cuero como en las películas: ¡Iba a morir abrasado!

Gritos de terror se mezclaban con gritos pidiendo piedad. Desesperación. Miedo. Nerviosismo.

Y eso solo hacía que su agresor se excitase más y más.

- ¡Y el público grita! ¡Qué buena actuación del hombre del hierro! ¡Qué buena colaboración con un pobre indefenso!

- ¡Suéltame! – rogaba

El calor aumentaba más y más, estaba empezando a ser insoportable.

We will, we will rock you.

Intentó liberarse del calor de la espalda haciendo fuerza con la cabeza, sin darse cuenta de que el cuero cabelludo es más sensible.

Soltó tal grito de dolor que retumbó por encima de la música.

- ¡Y el público ruge! ¡Qué función!¡La adrenalina de cantar delante de cien mil personas corre por mis venas!

El hombre lloraba y gritaba desesperado.

Un cambio de canción y las cadenas acabaron sueltas y medio cuerpo completamente abrasado.

Se tiró al suelo como pudo, dejando atrás su piel en el metal. Se retorció con las llamas acechando desde el horno.

- ¿Tienes calor? Refréscate un poco – susurra su agresor en su oído.

Y le tiró un caldero de agua con sal.

Qué gritos, qué alaridos, qué música para los oídos del psicópata.

La víctima intentó escapar, pero su rodilla fue pisoteada con fuera hasta que el hueso estuvo reducido a simples astillas y más gritos.

- ¡Y el acto final!


El agresor se acercó a un armario. La música aceleraba en un crescendo infernal. Abrió el armario, sacó una especie de mazo con el mango largo y se acercó al hombre mancillado que ya no conseguía ni gritar, ni resistirse. Alzó el mazo, haciendo un semicírculo de gran tamaño tomó impulso y le asestó un golpe mortal en las costillas. La sangre salpicó y la música se detuvo. Solo se oían las llamas y la respiración acelerada del agresor contemplando su obra maestra.

lunes, 28 de octubre de 2013

La sala de los Espejos

Dentro de una sala, cientos de espejos dónde solo puedes verte a ti, totalmente aislado, nada, ni comunicación ni nada, totalmente alumbrada, sin poder dormir, ni comer, nada, soledad, sin descanso, nada, solo tu rostro, mires donde mires, ¿Cuanto aguantarías? ¿Qué pasaría? ¿Te volverías loco? Hubo casos, de gente que se arrancó los ojos, gente que no puedo ver el reflejo de su alma corrupta, gente que no aguanto, ver el verdadero yo.

¿Qué os parece?

lunes, 21 de octubre de 2013

Una bonita melena

El cloroformo es muy útil para secuestrar personas, además si esa persona está sola y no te ve venir... uhm. me la llevé a mi casa, un sitio aislado del mundo, nadie oiría sus gritos. La encadené al techo por las muñecas, apenas llegaba al suelo con la punta de los pies y la dejé abandonada allí, quería que se despertase sola, sin saber donde estaba y con miedo. Quería que sufriera antes de empezar con ella. Aunque bueno, pensándolo, estar colgada de esa manera con unas cadenas viejas, cortantes y oxidadas no podía ser muy agradable.

A la mañana siguiente cogí el carrito con mis instrumentos y me presenté en su "habitación"

- Buenos días - saludé fingiendo cordialidad.

Tenía las muñecas en carne viva y juré que un hombro lo tenía dislocado. Tal vez debería tener cadenas más largas y nuevas... jajaja, no.

- ¿Qué hago aquí? - preguntó entre sollozos.

- Oh, tuviste suerte de cruzarte en mi camino. - empezó a hiperventilar. - ¿Quieres desayunar? - continué mientras observaba su melena lacia castaña.

No contestó, simplemente intentaba sujetarse con los pies al suelo para aliviar el dolor de sus brazos.

- Es muy sano desayunar. - me acerqué a ella. Cerró los ojos con miedo y apretó la mandíbula, intentando no gritar. Cogí las tijeras de podar, recogí su pelo en una coleta y corté, quedándome con los cabellos en la mano.

Temblaba aterrada y no tenía intención de colaborar, así que tuve que dar un tortazo con la fuerza suficiente para que se relajase. Se resbaló y todo su peso cayó sobre sus brazos. Gritó con fuerza y yo aproveché para mantener su boca abierta. Metí todo el pelo que pude y la forcé a cerrar la boca. Tiré el resto del pelo al suelo y cogí la mordaza. Impedí que pudiese abrir la boca y me aparté a observar. Lloraba y tenía arcadas, pero intentaba controlarse. Hasta que no pudo más y todo el vómito salió por su nariz, acompañado con sangre de la presión de la salida. Se bañó en su propio vómito. 

- ¡Pero mira como te has puesto! - dije simulando el tono de una madre dando de comer a su bebé. - ¡Habrá que limpiarte!

Me puse los guantes y cogí el caldero "con agua y jabón" Se lo lancé y ella empezó a retorcerse mientras su piel se consumía.

- Oh, vamos, ¡si tampoco lleva tanto ácido!

Psicológica o Física, ¿cual prefieres?

Bueno, pues eso, cuál es vuestro tipo de tortura favorita, y por qué, será divertido saber cual y es :D

Por ejemplo, mi favorita es la psicológica. Las torturas psicológicas hacen al sujeto volverse loco y sufrir más en el tiempo si no muere, le deja secuelas y traumas, eso le causará a larga más dolor y sufrimiento.

Imaginenlo , sufrir por algo que pasó hace mucho, y que sigue ahí, haciendo daño.

Las torturas psicolóicas son mis favoritas, ¿Y la tuya?

jueves, 17 de octubre de 2013

La tortura...¿Del placer?

El otro día, un chaval soltó una broma sobre meterse el móvil en modo vibración para darse placer, y se me ocurrió, ¿y si te dan tanto placer, que hasta hace daño?

Mi idea es la siguiente, imagina que estás con tu pareja, en pleno acto sexual, tu ya estás lleno de placer, satisfecho, y quieres parar, pero no, el/ella quiere más, mucho más, y continúa, al principio, dirás:''bueno, no pasa nada, mola'' al rato gritarás que pare, porque no podrás soportar tanto placer.

¿Absurdo eh? Os invito a hacer la prueba, no es agradable, pero nada agradable
                                                                                                                                   -Alber

martes, 15 de octubre de 2013

Muerte por mil cortes, también llamada "Muerte de los mil y un cortes" o "Muerte de los cien pedazos" (en chino, Ling Chi o Leng T’ché) fue una forma de tortura utilizado hasta principios del Siglo XVII para ejecutar penas de muerte,  ya que antes de morir el ir viendo como te van cortando es dolor, mucho, si son mil cortes
La práctica consistía en descuartizar al reo, que previamente era drogado con opio y atado a un poste. Los pedazos del cuerpo eran depositados ante el reo, que era mantenido con vida hasta terminar con una decapitación o la extracción de un órgano vital.

Esta tortura en mi opinión es una de las mejores, ya que no solo sufres físicamente, si no psicológicamente al ver tus trozos delante tuya, pensando que eran tuyos, sobre todo cuando se pase el efecto del opio.

Es una forma que realmente me ha gustado, y que escuché hablar de ella viendo el anime Deadman Wonderland 

lunes, 14 de octubre de 2013

La vida está sobrevalorada

Tenemos eso de vivir muy sobrevalorado con cosas como :YOLO (los que me conocen verán que lo digo mucho, pero es con connotación jocosa) La vida puede acabar en un instante y de maneras muuuuuuuuy dolorosas, como por ejemplo la siguiente:

No es exactamente dolorosa en su término exacto pero si es mucho sufrimiento,pero, si te vendan los ojos, y empiezan a sumergirte en agua, caliente, fría, de manera violenta, acabas en una desorientación perpetua, y puede que al principio lo aguantes...después de 12 horas me cuentas, sufres un agobio muy fuerte, no ves, y solo sientes como la cabeza te da vueltas(esto ocurre cuando te pilla una ola) acabas muerto, o ahogado

             



Hoy me he levantado con un fuerte resfriado y estoy bastante mal, así que pierde calidad         -Alber